Hoy no tenía intención de publicar post, pero mis niveles de cabreo, agobio y tristeza han ido aumentando paulatinamente desde las 5 de la manaña, hora a la que me desperté. Hace exactamente tres días que salí de cuentas, tres, cada vez se acerca más la fecha de la inducción (o lo que es lo mismo, la fecha de la cesárea, ya expliqué aquí los motivos)… y cada vez yo me desanimo más. Y si yo me desanimo ya por mi misma y encima viene la gente a tocar los cojones pues mucho peor ¿no?
¿Por qué a la gente le gusta tocar los cojones?
Eso llevo yo preguntándome hace aproximadamente dos semanas, cuando empezó mi cruz. Gente que no me llama nunca, pero nunca, ahora me está llamando a diario para pedirme el parte del día:
- ¿Qué tal estás? – Igual que ayer cuando me llamaste
- ¿Cómo lo llevas? – Igual que ayer cuando me llamaste
- ¿TRex aún no ha salido? – No aún no, igual que ayer cuando me llamaste
- Bueno, ya salirá cuando quiera – Si, lo mismo que dijiste ayer cuando me llamaste
- Come picante – Si comiese tanto picante como la gente me dice ya tendría cara de chile
- Ponte las pilas que la semana que viene la tengo muy ocupada y a ver si nace esta – Si es que yo lo hago a posta para joderte la semana, llevo 15 días apretando las piernas para que no se me caiga el niño y que nazca justo cuando tú tienes la semana ocupada. No comments.
- Si es que con lo tranquila que eres tú este fijo que tarda tres semanas más – Yo seré tranquila, pero tú eres gilipollas y todo un as dando ánimos.
Este tipo de comentarios no me parecen mal cuando llegan de parte de mis amigas, gente cercana, si saco yo el tema… pero me joden profundamente cuando llegan de parte de gente de la que durante el año no tengo noticias. Es que me parece fatal y me agobia a partes iguales, en serio. Igual pensáis que soy una borde, que aún encima que se preocupan… pero es que a mi me parece que lo hacen por cotilleo puro y duro. Si hacía tres meses que no me llamabas por teléfono, si no nos vemos desde antes de quedarme embarazada, que llevo así 9 meses y medio, lo que viene siendo 40 semanas… ¿a cuento de qué ahora me llamas por teléfono o me agobias a whatsapps todos los días?
Luego están los que veo a diario y a los que también les gusta meter presión. Temo la hora en la que de sus bocas salgan las palabras mágicas «¿qué, cómo estás? ¿aún nada?» ¿¿Pero no me tienes delante alma de dios, no ves que sigo con bombo, con cara de cansada… ?? Me dan ganas de convertirme en una avestruz y esconder la cabeza, volverme ermitaña (más todavía) y encerrarme yo sola con mi Redondito y con Hombre Tranquilo en una cabaña en el bosque rodeada de alambre de espino electrificado… y de bloquear a unos cuantos para que no me puedan llamar ni mandar whatsapps.
Seguramente sea yo que estoy susceptible, igual son las hormonas las que hablan por mi, igual es el miedo a otra cesárea… no se, igual va siendo hora de resignarme y empezar a hacerme a la idea de que otra vez me va a tocar… el caso es que este tipo de comentarios no me ayudan nada, más bien todo lo contrario. Y repito que no son todos, eh? hay gente normal que me pregunta pero no me agobia… y sobre todo hay gente que se preocupa de verdad, y que se lo agradezco sinceramente. Esta gente sí me encanta que me de su apoyo, me ayudan a irlo llevando, me puedo quejar libremente con ellos (ellas, más bien), me dan consejos (de los que valen)… esas conversaciones kilométricas de whatsapp no tienen precio. Los comentarios que me dejáis en el blog o en instagram también me animan mucho, los agradezco de corazón, en serio… y además me ayudan a soportar a los gilipollas tocapelotas que no paran de agobiarme en mi vida 1.0. Muchas gracias a todos los que me apoyais en este mundillo, sois los mejores, en serio ❤ ❤ ❤