Semana 35 de embarazo

A estas alturas del cotarro las visitas a mi ginecóloga se van acortando. Hasta ahora iba una vez al mes, esta última vez he ido sólo tres semanas después de la anterior y ahora la próxima ya me la ha dado para dentro de dos semanas, para hacerme los primeros monitores. Ya había comentado con la ginecóloga que quiero evitar la cesárea a toda costa, ella me había tranquilizado mucho en ese aspecto, me había dicho que para nada tiene que ser otra cesárea esta vez, que el hecho de que tenga una cesárea previa no implica que ahora la vaya a tener otra vez, de hecho toda la intención es que sea parto natural. Pero por otra parte también me ha dicho que lo ideal es que me ponga de parto yo solita por mis propios medios, porque en caso de que tenga que ser una inducción no puede dejar que se alargue mucho. Parece ser que las contracciones que produce la oxitocina sintética son más fuertes que las naturales y como ya tengo una cesárea previa, es decir, una cicatriz en el útero, puede ser peligroso dejar pasar demasiado tiempo. Así que en caso de inducción sí tendría más papeletas para otra cesárea. Pero yo me niego a eso!! Yo me pongo de parto natural como que me llamo Diasde48horas, como si me tengo que ir andando hasta Santiago, si me tengo que subir todas las escaleras de la torre de Hércules en 15 minutos, o si tengo que dejar al marido seco. Este niño va a salir por su sitio natural sí o sí.

Tamaño y peso del feto: Parece ser que ya ronda los 50cm pesa 2.700kg. Me ha dicho que a partir de ahora ya puede nacer cuando quiera, que ya no habría ningún problema.

Tamaño de la barriga: Me resultó difícil de medir, pero ronda los 109-110cm a la altura del ombligo. A simple vista ya me parecía que había crecido, pero ahora lo he confirmado.

Aumento de peso: Nada desde la última visita, así que en total sigo con mis 5 – 5.5kg desde que empecé el embarazo… la dieta de la diabetes es un poco engorro, pero mira, no hay mal que por bien no venga.

Molestias: Sin duda, la más importante estas últimas semanas ha sido el insomnio. Me desvelo de madrugada y luego soy incapaz de quedarme dormida otra vez hasta casi la hora de levantarse. Puedo estar tres horas perfectamente con los ojos como platos… una mierda, vaya. En cuanto a síntomas que tuve en semanas anteriores parece que están bajo control: la acidez está en stand by y los calambres en las piernas también. Sin embargo han aparecido otros como la pesadez: me encuentro súper pesada, me cuesta mogollón moverme y para girarme en la cama parezco una ballena varada en la playa. Lo de atarme las zapatillas ya es misión imposible, me las saco y me los pongo atados. Y por último ha hecho acto de presencia la hinchazón de pies… no siempre, eso sí, menos mal, pero sí cuando hace mucho calor o cuando se me recocen los pies dentro de unas bailarinas o algo así. De todas formas, nada comparable con como estaba durante el embarazo de Redondo, ahora es sólo en los tobillos y por la mañana me levanto completamente normal… y lo más importante es que es algo esporádico, no me pasa todos los días.

Compras: Pues, entre otras cosas, por fin he acabado las últimas compras que me faltaban para preparar nuestros bolsos para el hospital. Para TRex gasas para la cura del ombligo (alcohol aún tenía en casa) y pañales, sábanas, más pijamitas de algodón fresquitos… y para mí compresas de maternidad y nada más.

Movimientos del feto: Muchísimos y muy fuertes; me mete cada viaje a veces que me deja temblando. En el trabajo me  paso casi todo el día sentada en la pelota de pilates, porque si me siento en la silla, debe ser que me encorvo más y ya empieza a protestar, se estira todo y me deja sin respiración… o me descoloca una costilla de la fuerza que hace.

Estado del feto: Nada, sigue como una rosa y en su punto de cocción, vamos que ya puede salir del horno cuando quiera… aunque por lo menos que se espere a que le tengamos el nombre elegido, no vaya a ser que le tengamos que poner el santo del día y nos salga un pequeño Procopio, o un Cirilo o algo del estilo.

Aquí otras semanas sobre las que he escrito: semana 32, semana 29, semana 25, semana 20, semana 16, semana 14.

Diferencias entre el primer y el segundo embarazo: tercer trimestre

Ahora que ya tengo bastante camino andado del tercer trimestre y que sólo me queda un mesecito como mujer embarazada, contando que la cosa no se adelante, creo que estoy preparada para escribir este post. Ya escribí aquí sobre las diferencias entre embarazos que noté en el primer trimestre y las que noté en el segundo trimestre… pues bien, ahora le toca el turno a las diferencias en el último trimestre, que aunque no han sido muchas, alguna sí hay y me gustaría hablar de ellas.

Tengo que decir, que la idea para estos posts me la dió mi amiga mamá puede, ella también hizo varios posts sobre el tema. Un día de estos le voy a tener que poner un sueldo, que la pobre tan pronto me da una idea para un post como me ayuda con sus consejos estilísticos… y no se lo agradezco lo suficiente. Muchas gracias por todo guapa!!

Diferencias entre el primer y el segundo embarazo: tercer trimestre

La principal diferencia es sin duda que en este embarazo estoy teniendo diabetes gestacional. En el anterior estuve como una rosa, en este sentido, pero en este me tocó la lotería… en fin, es lo que hay. Ajo y agua. Que conste que lo llevo bien, no me es demasiado molesto. Al principio me jodió muchísimo que me sacaran el colacao de la mañana, pero luego descubrí el colacao 0% azúcares añadidos y volví a ser feliz otra vez. No voy a negar que me encantaría tomarme unas magdalenas, o unos bollos de canela, o un buen plato de pasta, un helado… pero bueno, espero poder hacerlo dentro de un mes. En cuanto me den carta blanca me tomo un platazo de espaguetis boloñesa con una buena rebanada de pan y una tarta de postre… e igual escribo un post contando la experiencia, va a ser memorable.

Sigo cansadísima, en el otro embarazo también lo estaba, pero ahora no es cansancio, ahora me he convertido en un zombie, las ojeras me llegan al suelo, en serio. Cuando no es por el insomnio es porque Redondo se mete en medio de nosotros antes de lo normal, el caso es que las noches que descanso bien se cuentan con los dedos de una mano. Normalmente lo voy llevando como puedo, pero el otro día me tuve que quedar en casa por la tarde y echarme una buena siesta porque no podía con mi alma.

Algo por lo que no voy a protestar es por la retención de líquidos. Durante mi primer embarazo empecé a retener líquidos en el segundo trimestre ya, en la semana veinte y algo, pero ahora estoy en la 35 y se me empiezan a hinchar los tobillos pero sólo de vez en cuando, sobre todo cuando el calor aprieta o si se me recocen los pies dentro de los zapatos. Estoy encantada, en serio!! Además, que antes no se me hinchaban los tobillos, antes cada pierna mía eran dos rectas perfectamente paralelas de la cadera a los pies. Todo el día, todos los días. Un horror. Para ser honesta, tengo que decir que la otra vez me papé todo el verano de cabo a rabo, y encima un septiembre caluroso de propina.

En cuanto a síntomas molestos la verdad es que en esta ocasión voy mucho mejor, he tenido acidez y algunos calambres en las piernas, pero de vez en cuando. La acidez quiso hacerse fuerte durante unas semanas, pero tal y como llegó se fue y ya hace tiempo que no tengo. En el otro embarazo sí tuve, muchísima además… y calambres también.

Finalmente, otra diferencia que estoy notando son las contracciones. En mi primer embarazo sentí alguna contracción de Braxton-Hicks, pero ahora las estoy notando muchísimo más, como mínimo noto un par o tres todos los días… y también he sentido alguna de las de verdad ya, que la otra vez no llegué a sentirlas ni siquiera el día del parto. No sé si ahora las siento más porque las tengo más identificadas o porque realmente estoy teniendo más… ¿a alguna os ha pasado esto?

En líneas generales, mis dos embarazos están siendo muy parecidos, los llevo bien casi sin síntomas… pero bueno, sí es cierto que pequeñas diferencias si está habiendo (y lo de la diabetes, que esa no es tan pequeña). Ahora veremos cómo acaba la cosa… a ver si los finales se parecen o no 😉

La baja de maternidad

Yo soy de la opinión de que la baja de maternidad aquí en España es una caquita, completamente insuficiente. La conciliación no existe, ni está ni se la espera… por lo menos yo he dejado de esperar que los de arriba hagan algo, he asumido que cada uno se las tiene que arreglar como pueda, haciendo malabarismos, con la ayuda de los abuelos, o renunciando a tu carrera profesional. Es lo que hay, nos obligan a escoger una de las opciones o a combinar varias. Bueno, que me lío, que yo venía a hablar de la baja de maternidad.

En mi opinión las 16 semanas de baja son completamente insuficientes, como mínimo debían ser 6 meses. Pero hoy quiero ir más allá. La baja de maternidad no debía consistir sólo en la baja después del parto, desde mi punto de vista es casi tan necesaria antes como después. Actualmente, dependes del nivel de comprensión de tu médico de cabecera para que te de la baja antes o no, la decisión está en su mano. Yo creo que la baja de maternidad debía empezar a partir de la semana 30 de embarazo y extenderse hasta 6 meses después del parto, eso como mínimo. En las últimas semanas de embarazo las molestias son cada vez más acusadas: dormimos mal, dolores de espalda, no descansamos, solemos tener anemia y estamos cansadísimas por ello… y estas son sólo las suaves. No sé el resto de mamás, pero yo por lo menos en estas condiciones no rindo en el trabajo. Yo necesito descansar y si duermo mal, tengo anemia, estoy pesadísima… es imposible que pueda presentarme en mi puesto de trabajo a las 9 de la mañana como una rosa. Al menos para mí es imposible.

En las últimas semanas de embarazo lo que necesitamos las mamás es descansar, tranquilidad, relajarnos, pasear, prepararnos para lo que nos espera tanto física como mentalmente… pero sobre todo descansar, descansar y descansar. Y si tengo que estar 8 horas al día en mi puesto de trabajo poco descanso, tranquilidad y relax voy a tener. Normalmente los médicos de cabecera suelen ser majos y se compadecen de nosotras y nos dan la baja, baja por enfermedad, pero no pasa siempre esto. Además, el tema no es ese, lo que yo digo es que no estamos enfermas, estamos cansadas y necesitamos descansar y prepararnos para lo que se nos viene encima, no debíamos depender de que nuestro médico sea majo o no, no debíamos depender de que se apiade de nosotras, de que sea comprensivo o de que le demos lástima. No deberíamos tener que conformarnos con las migajas que nos den (o que arañemos como buenamente podamos). Debía ser algo obligatorio, quiero decir, algo a lo que tengamos derecho, que la baja de maternidad empezara ya unas semanas antes del parto. A ver, que ahora mismo puede empezar cuando una quiera, y si te la quieres coger antes del parto puedes, pero lo que cojas antes lo compensas después, es decir, que si coges la baja 4 semanas antes del parto, por poner un ejemplo, después sólo te quedarán 12 para después del parto.

¿Qué opináis del tema? ¿debería ser la baja de maternidad más larga y empezar ya unas semanas antes del parto?

Diabetes gestacional

Pues ya veis, estaba yo tan contenta porque este embarazo no se me están hinchando los pies pero a cambio, toma, diabetes gestacional al canto.

En el segundo trimestre del embarazo, en torno a la semana 24 se realiza el test de O’Sullivan para determinar los niveles de azúcar en sangre de la madre y diagnosticar una posible diabetes gestacional. En mi caso, me coincidió que tengo una matrona algo despistada y la Semana Santa así que en vez de hacer la prueba en la semana 24 me la hicieron en la 26. Luego, como la matrona de mi centro de salud solo trabaja dos o tres horas al día, tiene la agenda saturadísima así que no me dieron cita para mirar los resultados hasta dos semanas después. En cuanto me vio los resultados me dieron cita para hacerme la curva larga de la glucosa, pero luego tampoco tenía cita para la matrona otra vez… un cristo, vamos. El resultado: que tengo diabetes gestacional y que no la he empezado a controlar hasta la semana 29 de embarazo. Si, pasaron exactamente 5 semanas desde que me hice el test de O’Sullivan hasta que me diagnosticaron la enfermedad… estas cosas hacen que una pierda casi toda la confianza en la seguridad social, la verdad sea dicha. Es una lástima que con todo lo que pagamos mes a mes luego las cosas vayan tan mal. Pero en fin, mejor cambiar de tema que me lío y me deprimo.

 Una vez diagnosticada, me dijeron que debía controlarme el azúcar cuatro veces al día (en ayunas y una hora después de las comidas principales) y me dieron una dieta. La dieta la verdad es que es relativamente fácil de seguir… lo único que me cuesta más es el desayuno, pero lo voy llevando como puedo.

  • Por las mañanas debería desayunar 100gr de fruta, algún lácteo y una tostada, un par de galletas maría. En mi caso me tomo el zumo de media naranja o un kiwi y una taza de leche con colacao 0% y la tostada ya no me la tomo porque el colacao tiene muchos hidratos y sino me pasaría.
  • A media mañana me tomo una fruta, normalmente una manzana, y un yogurt sin azúcares añadidos
  • La comida del mediodía es también bastante fácil de hacer: algo de proteínas (carne, pescado o huevos), verdura y algo de hidratos pero con moderación. Normalmente acompaño la carne o el pescado, lo que toque, con una ensalada, o champiñones, o judías verdes… y en cuanto a los hidratos normalmente los reduzco a un trozo de pan y alguna patata… en vez de patata también podrían ser legumbres o pasta.
  • En la merienda me tomo un minibocadillo de pechuga de pavo o jamón cocido
  • Y finalmente para la cena las indicaciones son las mismas que para la comida del mediodía pero yo la hago bastante más light. Ahora que no hace tanto frío pues tiramos más de ensaladas completitas a las que añado algo de proteína (atún, anchoas, taquitos de pavo, huevo cocido… depende del día), gazpachos, pimientos rellenos, revueltos de verduras, pollo con setas…
  • Debería hacer una sobrecena antes de irme para cama consistente en un yogurt o medio vasito de leche… pero la verdad es que nunca la hago, no me entra.

Como podéis ver, la dieta me es bastante fácil de seguir, lo que me cuesta más es controlar los ingredientes que uso. Ahora voy al súper y me paso un buen rato mirando etiquetas… hay muchos productos que llevan azúcar en los ingredientes, os pongo algunos que he descubierto y cómo los he sustituido:

  • El primero y más conflictivo para mi: el colacao. Resulta que el 70% del colacao ¡¡es azúcar!! manda huevos. De momento lo estoy sustituyendo por colacao 0% azúcares añadidos, que no tiene azúcar pero sí muchos hidratos, por eso no tomo la tostada ni las galletas. De momento estoy tirando así, pero tengo que buscar alternativas para cuando nazca el bebé y pueda volver a tomar azúcar… me gustaría encontrar una alternativa con menos azúcares (que no sea eko, claro, menudo asco!!) esto me dejó flipada la verdad.
  • El pan de molde: aquí si que no tenía ni idea, pero el pan de molde tiene azúcar. Lo descubrí un día que desayuné un yogurt y una tostada, al medir el azúcar una hora despues lo tenía altísimo, y claro, al mirar los ingredientes del pan de molde resulta que tiene azúcar.
  • El pan a secas: he descubierto que el pan congelado (el que hacen en el súper) me sube muchísimo el azúcar. Sin embargo, con el pan de panadería, el de toda la vida, no me pasa lo mismo… de hecho me puedo pasar un pelín de la ración máxima que me ponen y no lo noto. Así que pan artesano al canto.
  • El tomate frito: Esto ya lo sabía, el tomate frito, el que se compra, tiene azúcar también. Ya no lo usábamos mucho, la verdad, casi exclusivamente para la pizza, pero ahora cuando necesito lo hago yo natural en casa. Me da algo más de trabajo pero está mucho más rico, es más sano y la pizza queda más buena!
  • Un día a la semana me permito el lujo de hacer una pizza acompañada de una ensaladita. Como la masa la hago yo y el tomate frito lo hago yo, el único problema que podría haber es el de los hidratos, pero tengo comprobado que me puedo tomar una buena ración de pizza sin pasarme de los límites que me han dado para la glucosa. Eso sí, estoy hablando de pizza casera 100%, con la comprada seguro que no pasa lo mismo.
  • Otro producto que nunca me hubiese imaginado que llevaba azúcar son los sazonadores para fajitas, burritos y demás. En casa nos gusta mucho la comida mejicana, así que el otro día me animé a hacer el sazonador yo misma guiándome por recetas online y la verdad es que me quedó de vicio, de hecho, no creo que volvamos a comprar el sazonador preparado nunca más. Mis niveles de azúcar después de cenar: perfectos.
  • También he descubierto que las legumbres me suben bastante los niveles de azúcar así que procuro evitarlas… o en todo caso tomar raciones muy pequeñas.

A pesar de seguir la dieta y de tener los niveles de azúcar bastante bien a lo largo del día, en ayunas lo tenía bastante alto. En la última visita a la nutricionista me comentó que si seguía así me iba a tener que pinchar insulina, que intentara hacer algo de ejercicio después de cenar a ver si conseguíamos bajar esos niveles. Y así lo hice, desde el viernes estoy haciendo entre 15 minutos y media hora de bicicleta estática después de cenar, depende de lo que tarde en cabrearse mi inquilino y exigirme que pare, pero los resultados están siendo muy satisfactorios, me estoy levantando con el azúcar altillo, pero por debajo del límite así que bien. Espero mantener los pinchazos de insulina al margen de mi vida 😉

Y hasta aquí mis descubrimientos sobre los azúcares, me ha quedado un post bastante largo, pero bueno, no me hacía xeito partirlo en dos. Por cierto, alguna lectora gallega ¿cómo se dice hacer xeito en castellano? No se me ocurre ninguna expresión equivalente… ¡qué desastre!

Semana 29 de embarazo

A día de hoy 29+5 exactamente; casi, casi llegando a la semana 30 y a la barrera psicológica que eso supone para mi, llegar a la 30 hace que lo vea todo inminente no sé si esto le ha pasado a alguien además de a mi.

Tamaño y peso del feto: 35cm y 1.530gr aproximadamente. ¡¡¡¡Toma geroma!!!! ahí es nada, que ha duplicado su peso en un mes el churumbel. Según la sabiduría de internet, tiene el tamaño de una mata de apio.

Tamaño de la barriga: 107.5cm, casi lo mismo que la última vez… no sé si habré medido bien.

Aumento de peso: Aproximadamente entre 5 y 5.5kg… menos mal que no he seguido con el mismo ritmo del mes pasado, que si no ya me veía yo rodando camino del hospital.

Molestias: Gracias al cielo las molestias que tenía no han ido a más. El tema de la acidez está en stand by, de momento. Tengo algo de vez en cuando, pero nada, soportable… ya no es la locura de hace un mes. Los calambres nocturnos también los sigo manteniendo a raya y la retención de líquidos todavía no ha aparecido, de momento sigo teniendo tobillos. Hace unas semanas me tuve que ir de viaje, cogí varios vuelos y parece que las piernas hicieron amago de empezar a hincharse, pero nada con las medias de compresión lo mantuve a raya. Desde luego lo que peor llevo es la diabetes gestacional, que no me da molestias aparentes, pero me han puesto a dieta y tengo que medirme el azúcar cuatro veces al día. Si sólo me hubiesen dado unas pautas generales lo estaría llevando muchísimo mejor… pero es que la dieta es un coñazo: ahora come x gramos de nosequé con x gramos de nosecuantos, luego comes un yogur con media pera y un cuarto y mitad la mitra inversa… y además me han sacado el colacao!! Mierda!!

Compras: Pues un pijama… pero lo tengo que cambiar porque la camiseta me queda grande en los hombros, tengo que coger una talla menos. Estoy en modo ahorro on, de hecho tengo una comunión esta semana pero no he comprado nada, me apañaré con cositas que ya tengo en casa.

Movimientos del feto: Muchísimos, sigue siendo muy activo y muy enérgico ¡me da muchísima leña! Pero bueno, mejor así, que si estuviese más paradito me asustaría. Aunque espero que cuando salga se tranquilice un poco…

Estado del feto: Según me ha dicho la ginecóloga está un poco por encima de la media en cuanto al peso, pero cree que será por el tema de la diabetes; ahora que la estoy controlando esperamos que se estabilice. En cuanto a la posición ya se ha movido y se ha puesto en cefálica. De la última eco salí un poco preocupadilla porque estaba sentado, pero nada, se debió dar cuenta y dijo que no quería preocupar a su madre, que mejor se daba la vuelta y se ponía en posición de salida.

Y nada más, esto es todo amigos. A ver qué nos depara el mes que viene. Por si a alguien le interesa aquí están otros posts que he escrito:

Semana 25

Semana 20

Semana 16

Semana 14

Diferencias entre el primer y el segundo embarazo: segundo trimestre

Hace un par de meses contaba aquí en el blog las diferencias entre mi primer y mi segundo embarazo, las que estaba notando en aquel momento, al final del primer trimestre. Pues bien, ahora que ya estoy completamente metida en el segundo (o más bien ya casi a punto de salir de él) voy a hablar sobre las diferencias que estoy notando en este trimestre, que no son muchas, pero alguna hay.

Diferencias entre el primer y el segundo embarazo: segundo trimestre

 La principal diferencia que he notado ha sido el cansancio, sin duda. En mi primer embarazo me podía notar algo más cansada, pero ahora no estoy cansada, estoy extenuada. Llego al final del día como si me hubiese atropellado un camión, me acuesto y al día siguiente por la mañana me levanto como si sólo hubiese dormido media hora, cansadísima. Supongo que en esto influye un poquitín que antes sólo tenía que cuidar de mi misma y ahora tengo un terremoto en miniatura que, literalmente, no para quieto a menos que esté dormido.

Otro síntoma que ha aparecido en las últimas semanas es la acidez de estómago. En mi primer embarazo también tuve acidez, pero más hacia el final, esta vez me ha aparecido bastante antes… y menudo coñazo. Recuerdo que la otra vez mi abuela me decía que eso era porque el niño iba a salir peludo jejeje… ya estaba yo asustada pensando que en vez de un niño iba a parir un oso, pero no, salió normalito el churumbel.

Por otra parte, en mi primer embarazo tenía un hambre de lobo, comía lo que no está escrito, era una exageración, en serio. De hecho, al final del embarazo tenía miedo de que me fuera a quedar con esa voracidad para siempre y hubiera que levantarme con una grúa o algo… pero no, así como vino se fue. Esta vez, en las primeras semanas tuve ahí un amago de voracidad pero nada, se quedó en agua de borrajas, ahora estoy teniendo hambre de persona normal… menos mal.

He estado echando cuentas y en mi primer embarazo, la primera vez que estuve segura de que aquello que sentía era mi bebé moviéndose estaba embarazada de 19 semanas. En esta ocasión sobre la semana 16 ya estaba casi segura de que notaba moverse al bebé. Esto ya lo había leído antes, que en el segundo embarazo se suelen notar los movimientos antes, y en mi caso ha sido cierto

Y la verdad es que poco más…  a parte del increíble barrigón que tengo para estar embarazada de escasas 23 semanas. Es increíble lo que abulta esto, la otra vez no tenía tanto, de verdad…

Por si a alguien le interesa, he hablado también de la semana 14 de embarazo, la semana 16 y la semana 20.

Diferencias entre el primer y el segundo embarazo

Ahora que ya he pasado la barrera del primer trimestre, puedo decir con conocimiento de causa que efectivamente no hay dos embarazos iguales. De hecho, yo he notado bastantes diferencias entre el primer y el segundo embarazo.

La principal y más significativa de las diferencias es que esta vez he llevado todo con muchísima más tranquilidad que el anterior. Tanto la búsqueda como el embarazo en si. Es cierto que la primera vez nos costó mucho más conseguirlo (no lo sabíamos pero yo tenía una trompa obstruida) pero aún así, los primeros meses de búsqueda yo no paraba de buscar información en internet sobre todo: los mejores días, la ovulación, los primeros síntomas… era una locura. Esta vez sin embargo ha sido completamente al contrario. Recuerdo la fecha de mi última regla porque la anoté en el móvil si no ni de eso me acordaría. Más tranquilidad imposible.

Otra diferencia que he notado ha sido el cansancio, ahora estoy extremadamente cansada. Pero es una exageración el cansancio que tengo. Me levanto como si no hubiese dormido, por el día estoy muerta y al llegar la noche sólo quiero meterme en la cama. En el primer embarazo, notaba algo de cansancio pero ni por asomo como ahora… realmente me paso el día extenuada.

Dolor de pechos. En el primer embarazo tuve muchísimo dolor de pechos durante el primer trimestre, hasta el punto de despertarme por las noches con el dolor, sin embargo ahora noto alguna molestia de vez en cuando pero nada, insignificante.

Otra cosa que no echo nada de menos es el hambre de lobo que tuve durante todo el primer embarazo. Desde el principio tenía muchísima hambre, me comía mi frutita de media mañana y me quedaba como si me bebiera un vaso de agua. Nada de nada. A mediodía, si había pescado para comer tampoco me saciaba. Yo sólo quería comidas consistentes: carnes, guisos, potajes… todo muy ligerito, vamos. Esta vez, sin embargo, ha habido una semana al principio en la que sí he tenido mucha hambre pero ahora he vuelto a mi ser. Me como mi manzanita a media mañana y ya estoy servida hasta mediodía. Ahora tengo hambre de persona normal, menos mal.

Un cambio que he notado para peor es el malestar de estómago. En el primer embarazo no tuve ni la primera náusea, nunca tenía el estómago revuelto y esta vez si que he notado molestias de vez en cuando. Sobre todo por las noches, muchos días me he ido para cama cenando sólo un colacao porque no era capaz de tomar nada más.

En líneas generales, mis dos embarazos están siendo más o menos iguales pero sí estoy teniendo estas pequeñas diferencias… veremos qué me depara el segundo trimestre.