Semana 39 de embarazo

Pues si, señoras y señores, aquí sigo. Hace dos semanas me preguntaba yo si llegaría a los monitores de la semana 39 y la respuesta es si, he llegado… y al paso que vamos creo que los voy a pasar de largo. Este niño no quiere salir, igual que hizo su hermano. Yo estaba decidida a hacerlo salir, pero debo ser super cómoda por dentro y no hay manera… y cada día yo estoy más desanimada.

Tamaño y peso del feto: Pues me han dicho que peso 3,600 y de tamaño no me han dicho nada. Cuando nació Redondo también me decían que 3,600 y luego realmente nació con 3,140 así que esto no me preocupa demasiado…

Tamaño de la barriga: A la altura del ombligo 113cm.

Aumento de peso: La última visita, hace dos semanas, había perdido 300 gramos y en la de ayer gané 600… creo que estas variaciones son de la ropa, pero bueno, en cualquier caso, el balance a día de hoy estaría en 5,5kg ganados, aproximadamente, desde que me quedé embarazada.

Molestias: Estas dos últimas semanas se me han hecho muy cuesta arriba… no es que tenga molestias en sí, pero si tengo muchísimo cansancio al final del día, sobre todo si ha hecho calor. Se me va acumulando la sensación de pesadez durante todo el día y por la noche estoy rendida. También ha vuelto el insomnio e igual dos o tres días a la semana me paso dos o tres horas de la noche mirando al techo, dando vueltas en la cama, enredando en pinterest o leyendo algún blog. Los pies se me hinchan de vez en cuando, pero nada, sólo si me paso muchas horas sentada o si hace muchísimo calor, en este sentido estoy contentísima.

Compras: Nada relacionado con el embarazo. Me he comprado dos pares de zapatillas en el primak, pero por que me gustaron y estaban baratas jeje.

Movimientos del feto: Se sigue moviendo muchísimo, como siempre… pero no hacia fuera

En esta cita me he quedado un poco chof, porque la gine me ha dicho que tengo el cuello del útero cerradito, cerradito y que la cabeza todavía está alta. Me ha dado cita para la semana que viene, para monitores otra vez y ya me ha dicho que me da 10 días de plazo después de mi fpp… En vista de esto, he decidido ponerme en serio con mi #operaciondesalojo particular y voy a dejar de trabajar por las tardes para dedicarme a correr detrás de Redondo y a caminar, caminar mucho. Además, no estar todo el día sentada también va a ayudar… A ver si consigo que TRex salga por iniciativa propia!!

Semana 37, semana 35, semana 32, semana 29, semana 25, semana 20, semana 16, semana 14.

Qué meter en la bolsa del hospital para la mamá

Hace un par de semanas contaba aquí en el blog que por fin había preparado la bolsa del bebé para el hospital, pero como soy lo peor, un auténtico desastre, la mía aún no la había preparado. Así que por fin la semana pasada y con 38 semanitas de embarazo, me puse firme y me decidí por fin a prepararla… que ya me estaba viendo con contracciones y preparando mi bolso. A una, que le gusta vivir al límite.

Qué meter en la bolsa del hospital para mamá

Pues tal y como decía en la entrada de la bolsa del bebé, depende del hospital que hayamos elegido. En  el mío nos facilitan casi todo con lo cual no hay que llevarse mucho.

Para el día del parto te dan allí el camisón, el típico de hospital tan glamuroso, abierto por la espalda. Luego para el resto de la estancia si quieres puedes seguir usando los del hospital, pero casi todo el mundo se lleva los suyos de casa, realmente son mucho más cómodos para dar el pecho… y para no ir enseñando el culo jeje. Así que yo he metido 4, por si acaso, vale más que sobre que que falte.

También he metido cuatro sujetadores de lactancia. Discos de lactancia no he metido porque para los primeros días no son necesarios… o por lo menos cuando nació Redondo no los necesité hasta una semana o así después del parto, creo recordar.

Una bata, por si acaso tengo que salir al pasillo o para pasear por allí, para no salir tan descocada de la habitación, que una es muy decente jejejeje. También he metido un par de zapatillas de casa, como todo el mundo, supongo.

Un paquete de bragas desechables. Podría llevar de las normales, pero estas me parecen más cómodas para los primeros días. Compresas no he metido, porque en mi hospital nos las dan.

En cuanto a productos de aseo e higiene, en el neceser he metido cepillo y pasta de dientes, un bote pequeñito de champú, líquido para las lentillas… y en un alarde de optimismo que me ha dado, he metido también un botecito de crema hidratante facial… ilusa de mi jejeje.

bolso hospital mama

Y se me olvidó incluirlo en la foto, pero por supuesto también me llevo ropa para cuando salgamos del hospital.

Este es el equipamiento básico pero luego también me llevo los extras: el tablet con su cargador, un libro, las gafas… igual me compro un par de revistas de viajes (para meter todavía más el dedo en la yaga).

Y con esto creo que por fin tenemos todo preparado para la llegada de TRex: su bolso, mi bolso, su sillita para el coche, ropita… y lo más importante, el nombre, que por fin lo hemos decidido… non foi sen tempo.

¿Qué os parece? ¿Se me olvida algo?

Semana 37 de embarazo

Venga, que ya hemos llegado a un embarazo a término!! yujuuu!! A partir de ahora ya puede nacer cuando quiera el angelito, que ya no sería considerado un bebé prematuro. Madre mía, se me ha pasado el embarazo volando… Esta semana he ido a monitores por primera vez, y mientras estaba allí no me ha dado ninguna contracción pero sí que tengo alguna casi todos los días, sobre todo de las de Braxton Hicks. También tuve ahí atrás alguna de las molestas, las de verdad… pero pocas.

Tamaño y peso del feto: Pues sigue rondando los 50cm pero ahora le han calculado un peso de 3,200kg… ha engordado la friolera de medio kilo en dos semanas O_O

Tamaño de la barriga: Cada vez me resulta más difícil de medir porque no veo los números… pero creo que anda en 111.5cm a la altura del ombligo.

Aumento de peso: Pues he bajado 300gr desde la última visita hace dos semanas… yo creo que ha sido por la ropa, que la última vez llevaba vaqueros y esta vez llevé ropa súper veraniega y menos pesada… en cualquier caso sigo en mis 5kg ganados desde el principio del embarazo.

Molestias: Pues nada nuevo, la verdad… estas últimas semanas he estado bastante bien. He tenido algo de insomnio, pero sólo un par de días… y por lo demás nada nuevo. Las zapatillas de atar sigue teniendo que ponérmelas Hombre Tranquilo, a mi sola me cuesta muchísimo y también alguna vez que yo estaba especialmente torpe en la ducha me ha tenido que lavar él los pies. Estoy algo asustada porque se está acercando el momento de cortarse las uñas y eso puede ser una escabechina… a ver si ideo algo para poder cortármelas yo a mi misma, o se lo pido a mi madre, que de Hombre Tranquilo para eso sí que no me fío.

Compras: Creo que nada más… hemos ido a buscar la silla del coche y el carrito, pero eso ya lo habíamos comprado hace tiempo, simplemente hemos ido a recogerlo.

Movimientos del feto: Muchísimos, cada vez más. Se ve que el espacio se le está quedando pequeño porque cada vez lo noto más y con más brío.

La próxima cita la tengo dentro de dos semanas, estando ya embarazada de 39… ¿llegaré a ir? Admito apuestas 😉

Que meter en la bolsa del hospital para el bebé

Ahora que ya he entrado en la semana 36 va siendo hora de que prepare la bolsa del hospital ¿no? que a este paso me va a pillar el toro. Cuando estaba embarazada de Redondo preparé las bolsas del hospital muchísimo antes, pero esta vez me lo tomé con mucha más calma… y ahora ya se me estaba echando el tiempo encima. Así que ayer por la mañana, cogí el toro por los cuernos y me puse a preparar las cositas del bebé.

Qué meter en la bolsa del hospital para el bebé

En primer lugar, aclarar que esto depende mucho del hospital en el que vayamos a dar a luz: en unos nos piden unas cosas y en otros otras distintas. Yo voy a hablar de lo que he metido en la bolsa de TRex y teniendo en cuenta las costumbres del hospital en el que voy a dar a luz.

En primer lugar hemos metido dos mantitas: una de punto más fresquita y otra de felpilla, mas abrigada por que aquí en Galicia nunca se sabe cómo va a estar el tiempo en nuestro no-invierno, tan pronto caen chuzos de punta como te achicharras de calor así que meto dos mantas y punto.

En cuanto a la ropa, cuando estaba embarazada de Redondo, en la última eco que me hicieron me dijeron que el bebé tenía un peso estimado de 3,500kg así que casi no compré ropa de talla 0 meses, casi todo era talla de 1 mes. Al final el niño pesó 3,140 al nacer y salió del hospital con 2,890… y la ropita de talla 1 mes le quedaba muy completa, así que esta vez llevo un poco de todo, talla 0 meses y talla 1 mes.

bolso hospital bebé

Con la ropita he hecho lo mismo que con las mantas, he metido un poco de todo por si acaso. Los pantaloncitos son para poner sólo con los bodies en caso de que haga mucho calor, si no le pondré un pijama. Y con el traje de primera puesta para salir del hospital pues lo mismo, he metido el mismo que le pusimos a Redondo y que es más abrigadito, y otro de algodón más fresquito. Dependiendo del tiempo decidiremos. A parte de esto también he metido gorritos de algodón y unos cuantos calcetines.

Alguno estará pensando que estoy medio loca y me llevo medio armario… pues no. En mi hospital, la estancia normal por un parto vaginal son 48 horas, y en caso de cesárea 4 días. Con Redondo, me pilló le toro, a mi no se me pasaba por la cabeza la posibilidad de que pudiese ser cesárea así que sólo me llevé ropita para dos días y luego tuvo que ir Hombre Tranquilo a buscar más porque no teníamos. Así que esta vez, prefiero pasarme que quedarme corta, si luego no la usamos pues la traemos de vuelta, otra vez al armario y listo.

Finalmente, también he metido un paquete de pañales y otro de toallitas. Productos de higiene o alcohol y gasas para la cura del cordón no hace falta llevarlos porque en nuestro hospital te los dan allí.

Y hasta aquí el contenido de la bolsa del hospital para TRex, en otro post contaré lo que voy a meter en mi bolsa, porque sí, la mía todavía no la he hecho… soy un desastre jejeje

Semana 35 de embarazo

A estas alturas del cotarro las visitas a mi ginecóloga se van acortando. Hasta ahora iba una vez al mes, esta última vez he ido sólo tres semanas después de la anterior y ahora la próxima ya me la ha dado para dentro de dos semanas, para hacerme los primeros monitores. Ya había comentado con la ginecóloga que quiero evitar la cesárea a toda costa, ella me había tranquilizado mucho en ese aspecto, me había dicho que para nada tiene que ser otra cesárea esta vez, que el hecho de que tenga una cesárea previa no implica que ahora la vaya a tener otra vez, de hecho toda la intención es que sea parto natural. Pero por otra parte también me ha dicho que lo ideal es que me ponga de parto yo solita por mis propios medios, porque en caso de que tenga que ser una inducción no puede dejar que se alargue mucho. Parece ser que las contracciones que produce la oxitocina sintética son más fuertes que las naturales y como ya tengo una cesárea previa, es decir, una cicatriz en el útero, puede ser peligroso dejar pasar demasiado tiempo. Así que en caso de inducción sí tendría más papeletas para otra cesárea. Pero yo me niego a eso!! Yo me pongo de parto natural como que me llamo Diasde48horas, como si me tengo que ir andando hasta Santiago, si me tengo que subir todas las escaleras de la torre de Hércules en 15 minutos, o si tengo que dejar al marido seco. Este niño va a salir por su sitio natural sí o sí.

Tamaño y peso del feto: Parece ser que ya ronda los 50cm pesa 2.700kg. Me ha dicho que a partir de ahora ya puede nacer cuando quiera, que ya no habría ningún problema.

Tamaño de la barriga: Me resultó difícil de medir, pero ronda los 109-110cm a la altura del ombligo. A simple vista ya me parecía que había crecido, pero ahora lo he confirmado.

Aumento de peso: Nada desde la última visita, así que en total sigo con mis 5 – 5.5kg desde que empecé el embarazo… la dieta de la diabetes es un poco engorro, pero mira, no hay mal que por bien no venga.

Molestias: Sin duda, la más importante estas últimas semanas ha sido el insomnio. Me desvelo de madrugada y luego soy incapaz de quedarme dormida otra vez hasta casi la hora de levantarse. Puedo estar tres horas perfectamente con los ojos como platos… una mierda, vaya. En cuanto a síntomas que tuve en semanas anteriores parece que están bajo control: la acidez está en stand by y los calambres en las piernas también. Sin embargo han aparecido otros como la pesadez: me encuentro súper pesada, me cuesta mogollón moverme y para girarme en la cama parezco una ballena varada en la playa. Lo de atarme las zapatillas ya es misión imposible, me las saco y me los pongo atados. Y por último ha hecho acto de presencia la hinchazón de pies… no siempre, eso sí, menos mal, pero sí cuando hace mucho calor o cuando se me recocen los pies dentro de unas bailarinas o algo así. De todas formas, nada comparable con como estaba durante el embarazo de Redondo, ahora es sólo en los tobillos y por la mañana me levanto completamente normal… y lo más importante es que es algo esporádico, no me pasa todos los días.

Compras: Pues, entre otras cosas, por fin he acabado las últimas compras que me faltaban para preparar nuestros bolsos para el hospital. Para TRex gasas para la cura del ombligo (alcohol aún tenía en casa) y pañales, sábanas, más pijamitas de algodón fresquitos… y para mí compresas de maternidad y nada más.

Movimientos del feto: Muchísimos y muy fuertes; me mete cada viaje a veces que me deja temblando. En el trabajo me  paso casi todo el día sentada en la pelota de pilates, porque si me siento en la silla, debe ser que me encorvo más y ya empieza a protestar, se estira todo y me deja sin respiración… o me descoloca una costilla de la fuerza que hace.

Estado del feto: Nada, sigue como una rosa y en su punto de cocción, vamos que ya puede salir del horno cuando quiera… aunque por lo menos que se espere a que le tengamos el nombre elegido, no vaya a ser que le tengamos que poner el santo del día y nos salga un pequeño Procopio, o un Cirilo o algo del estilo.

Aquí otras semanas sobre las que he escrito: semana 32, semana 29, semana 25, semana 20, semana 16, semana 14.

Diferencias entre el primer y el segundo embarazo: tercer trimestre

Ahora que ya tengo bastante camino andado del tercer trimestre y que sólo me queda un mesecito como mujer embarazada, contando que la cosa no se adelante, creo que estoy preparada para escribir este post. Ya escribí aquí sobre las diferencias entre embarazos que noté en el primer trimestre y las que noté en el segundo trimestre… pues bien, ahora le toca el turno a las diferencias en el último trimestre, que aunque no han sido muchas, alguna sí hay y me gustaría hablar de ellas.

Tengo que decir, que la idea para estos posts me la dió mi amiga mamá puede, ella también hizo varios posts sobre el tema. Un día de estos le voy a tener que poner un sueldo, que la pobre tan pronto me da una idea para un post como me ayuda con sus consejos estilísticos… y no se lo agradezco lo suficiente. Muchas gracias por todo guapa!!

Diferencias entre el primer y el segundo embarazo: tercer trimestre

La principal diferencia es sin duda que en este embarazo estoy teniendo diabetes gestacional. En el anterior estuve como una rosa, en este sentido, pero en este me tocó la lotería… en fin, es lo que hay. Ajo y agua. Que conste que lo llevo bien, no me es demasiado molesto. Al principio me jodió muchísimo que me sacaran el colacao de la mañana, pero luego descubrí el colacao 0% azúcares añadidos y volví a ser feliz otra vez. No voy a negar que me encantaría tomarme unas magdalenas, o unos bollos de canela, o un buen plato de pasta, un helado… pero bueno, espero poder hacerlo dentro de un mes. En cuanto me den carta blanca me tomo un platazo de espaguetis boloñesa con una buena rebanada de pan y una tarta de postre… e igual escribo un post contando la experiencia, va a ser memorable.

Sigo cansadísima, en el otro embarazo también lo estaba, pero ahora no es cansancio, ahora me he convertido en un zombie, las ojeras me llegan al suelo, en serio. Cuando no es por el insomnio es porque Redondo se mete en medio de nosotros antes de lo normal, el caso es que las noches que descanso bien se cuentan con los dedos de una mano. Normalmente lo voy llevando como puedo, pero el otro día me tuve que quedar en casa por la tarde y echarme una buena siesta porque no podía con mi alma.

Algo por lo que no voy a protestar es por la retención de líquidos. Durante mi primer embarazo empecé a retener líquidos en el segundo trimestre ya, en la semana veinte y algo, pero ahora estoy en la 35 y se me empiezan a hinchar los tobillos pero sólo de vez en cuando, sobre todo cuando el calor aprieta o si se me recocen los pies dentro de los zapatos. Estoy encantada, en serio!! Además, que antes no se me hinchaban los tobillos, antes cada pierna mía eran dos rectas perfectamente paralelas de la cadera a los pies. Todo el día, todos los días. Un horror. Para ser honesta, tengo que decir que la otra vez me papé todo el verano de cabo a rabo, y encima un septiembre caluroso de propina.

En cuanto a síntomas molestos la verdad es que en esta ocasión voy mucho mejor, he tenido acidez y algunos calambres en las piernas, pero de vez en cuando. La acidez quiso hacerse fuerte durante unas semanas, pero tal y como llegó se fue y ya hace tiempo que no tengo. En el otro embarazo sí tuve, muchísima además… y calambres también.

Finalmente, otra diferencia que estoy notando son las contracciones. En mi primer embarazo sentí alguna contracción de Braxton-Hicks, pero ahora las estoy notando muchísimo más, como mínimo noto un par o tres todos los días… y también he sentido alguna de las de verdad ya, que la otra vez no llegué a sentirlas ni siquiera el día del parto. No sé si ahora las siento más porque las tengo más identificadas o porque realmente estoy teniendo más… ¿a alguna os ha pasado esto?

En líneas generales, mis dos embarazos están siendo muy parecidos, los llevo bien casi sin síntomas… pero bueno, sí es cierto que pequeñas diferencias si está habiendo (y lo de la diabetes, que esa no es tan pequeña). Ahora veremos cómo acaba la cosa… a ver si los finales se parecen o no 😉

Miedos de cara a una segunda maternidad

Hace tiempo publicaba esta entrada donde hablo de mis miedos durante este segundo embarazo pero ahora voy ya un paso por delante y mis miedos se enfocan a mi segunda maternidad. No quiero decir que con respecto al embarazo ya no sienta ningún miedo, todo lo contrario: tengo miedo a que se me adelante el parto, miedo a que Redondo me lesione a TRex, miedo a que no me de tiempo a tener todo listo, miedo a una segunda cesárea… en fin, muchos miedos. Pero ahora que ya estoy en la recta final, en la finalísima más bien, voy más allá y afloran mis miedos de cara a esta segunda maternidad.

En primer lugar, el más grande de mis miedos es que Redondo lo tome mal. Me asusta bastante que no se adapte, que se enfade con su hermano o que no lo pueda ver delante… Sé de otros niños que se han celado muchísimo y me da miedo que a Redondo también le pase. Me cago de miedo sólo con pensar que Redondo se pueda sentir desplazado, o que no le queremos como antes… no sé, se le pueden pasar tantas cosas por la cabeza…

Muy relacionado con el primer punto, también me asusta mucho la gente que habla sin pensar. Es decir, que vengan y que le digan «¿no me das un beso? pues me lo da tu hermanito, que es más bueno que tu», o «aprovecha ahora Redondo, que luego te va a quitar tus juguetes», o «si te portas mal tus papás le van a querer más a TRex que a ti»… cosas del estilo. Que la gente es muy bocachancla y los niños son muy vulnerables

Las abuelas me dan mucho miedo. Mucho, mucho. Cuando nació Redondo me llevaron al borde de la locura, y lo digo en serio, no es exageración. Durante 10 meses estuve realmente mal, pero mal, mal. Estaba tan mal que me planteé muy seriamente hacer las maletas y marcharnos de aquí, y eso que ya teníamos la casa empezada. Y ahora me estoy temiendo lo peor… TRex nace en julio y en el mes de agosto los tengo a todos de vacaciones: mis padres, mi suegra, mi hermana… y no es factible largarnos nosotros de vacaciones con un bebé tan pequeño. Creo que estoy empezando a hiperventilar.

Otra cosa que me asusta es que la situación me supere. Redondo está en una edad difícil (aunque bien pensado ¿qué edad no lo es?) y nos pone a prueba constantemente. Prueba los límites, tantea hasta donde puede llegar… y a veces me saca de quicio. Le quiero muchísimo pero muchas veces me saca de los nervios… sobre todo cuando entra en la fase de negación, que le llamo yo. Y si ya combina la fase de negación con la fase destructiva es el acabose y me es muy difícil no perder la paciencia. Si todo esto lo aderezamos con la falta de sueño y el cansancio que trae consigo un bebé recién nacido, pues eso, que tengo miedo de verme superada.

Por último, también me preocupa que llegue el día en el que tenga que elegir. Pongamos un ejemplo. Estoy dándole el pecho a TRex y Redondo me dice que quiere ir a hacer pis ¿que hago?… o estoy cambiando un pañal radiactivo y el otro se cae y se hace pupa… ¿cómo lo hacéis el resto de las madres? ¿cómo reaccionais ante estas situaciones? lo de tener que elegir, o priorizar me da mucho miedo.

Cuando nació Redondo, daba por hecho que iba a saber coger el toro por los cuernos, que iríamos conociéndonos y que aprendería sobre la marcha todo lo que necesitaba para cuidarlo bien… y así fue. Pero ahora es todo más difícil… ya no va a ser sólo el bebé, ahora también está Redondo y curiosamente casi todos mis miedos son con respecto a él.

¿Alguna mamá de dos o más me puede dar algún consejillo? ¿Cómo lo conseguís? ¿También tuvisteis miedos?

Semana 32 de embarazo

Bueno, semana 32 de embarazo, cada vez veo la cosa más inminente. Venga, sin más os cuento que tal va la todo.

Tamaño y peso del feto: Pesaba 2.030kg y se me olvidó preguntar cuanto medía, pero según internet ronda los 40 y pico centímetros.

Tamaño de la barriga: Sigo en 107.5cm a la altura del ombligo, no he tenido variaciones.

Aumento de peso: Este último mes no he engordado nada, o sea que sigo en los 5 ó 5.5kg ganados. Creo que la dieta que me han puesto por la diabetes gestacional ha influido en esto.

Molestias: Tanto la acidez, como los calambres en las piernas los sigo manteniendo a raya. Y la retención de líquidos y los pies hinchados tampoco han hecho acto de presencia así que en ese sentido estoy más contenta que unas pascuas. Sin embargo, cada vez me encuentro más pesada, estoy bastante grande y ando como un pato. Por las noches me cuesta encontrar la postura cómoda para mí y cómoda para el inquilino, que el señorito me ha salido fino y si a él no le gusta empieza a hostia limpia con su madre. Otra molestia que estoy sintiendo es que me quedo sin aire. El bebé debe estar presionando los pulmones y yo es subir cuatro escaleras y casi casi que me tienen que hacer el boca a boca porque parezco un pez fuera del agua, boqueando. Además, en este embarazo estoy sintiendo mucho más las contracciones de Braxton Hicks que en el primero… no sé si es que tengo más o que ahora las reconozco mejor pero todos los días siento un par de ellas por lo menos.

Compras: Contaba la semana pasada que me había dado fuerte el síndrome del nido (aunque no llego a los niveles de La Mamá de Álvaro, que se pone a limpiar las paredes y todo) así que me he lanzado a la aventura y he hecho bastantes compras para el bebé y para mí. Para mi me he comprado un camisón para el hospital y una bata veraniega y en un alarde de optimismo una falda, unas camisetas y unos pantalones fresquitos para el verano (ja-ja-ja, ingenua que es una). Para el bebé, a pesar de tener cositas de Redondo también he comprado algunas cositas, porque Redondo nació en invierno pero a este le va a coincidir todo el verano, que vale, aquí es cortito y fresco, pero aún así. Así que le he comprado unos cuantos bodies y algunos pijamas más fresquitos, que los de Redondo eran todos gorditos y tampoco es plan cocer al niño.

Movimientos del feto: Muchos, se mueve muchísimo, todo el día, pero especialmente cuando su madre quiere descansar.

Estado del feto: Él está como una rosa… y yo también me he quedado más tranquila, porque me ha dicho la ginecóloga que el peso ya se le ha estabilizado ahora que controlo lo de la diabetes, aunque en la eco se lo veía bien gordito, con sus bochechiñas redondas como las de su hermano y las de su mamá 🙂

Semana 29

Semana 25

Semana 20

Semana 16

Semana 14

 

El sueño de Redondo

Ya hace tiempo que cambiamos a Redondo para su habitación… al poco de cumplir los dos años. La verdad es que se adaptó de maravilla, nos íbamos a su camita y allí se quedaba dormido y ya seguía hasta las tantas. Desde que me quedé embarazada, cambiamos algo el método porque estoy reventada al final del día y si me iba para su cama con él, allí me quedaba frita y luego me sentaba fatal levantarme para irme a la mía. Así que ahora lo que hacemos es acostarnos en nuestra cama, yo me quedo dormida antes que él casi siempre, y luego viene Hombre Tranquilo y lo cambia a él de cama y yo la mitad de las veces ya ni me entero, estoy en mi mundo de los sueños. Redondo luego aparece por mi lado de la cama, cual fantasma (más de una vez casi me quedo pegada al techo del susto y el salto que pego) sobre las 5, 6 ó 7 de la mañana para que lo metamos en nuestra cama y se queda frito ipso facto. Otras veces no aparece, pero eso con suerte puede ocurrir una vez a la semana o incluso menos.

Para mí nunca ha sido un problema dormir con mi Redondito, el problema hubiese sido tener noches de lloro continuo porque el niño no duerme, pero no ha sido nuestro caso. ¿Que se despierta y quiere venirse con nosotros para cama? pues que se venga, tan pronto su cabeza toca la almohada se vuelve a quedar y nos dormimos todos tan felices. El caso es que ahora yo cada vez estoy más grande y si ya de por si hay días que no descanso muy bien, si viene Redondo pues menos todavía. Normalmente ya os digo que suele venir tarde, como pronto a las cinco de la mañana, normalmente más tarde, o sea que el problema tampoco es tan grande, compartimos cama sólo un par de horas como mucho, así que de momento lo voy llevando bien.

Hay veces en que no nos damos cuenta, pero es increíble cómo pueden afectar algunas cosas a los niños. Hace algo más de un mes me tuve que ir de viaje, estuve fuera de lunes a viernes, un total de cuatro noches. En apariencia, Redondo lo llevó bien, se quedó tranquilo sólo con Hombre Tranquilo en casa y en apariencia no se acordaba mucho de mi. Cuando regresé, se me comió a besos y abrazos, me llevó de la mano a enseñarme todas sus cositas (cositas que yo ya estaba harta de conocer) pero para él era importante. Me llevaba y me decía «mira mamá: el dinosaurio, mira mamá: peppa pig, mira mamá: mi cama… » cosas del estilo, pero enseguida volvió todo a la normalidad. Todo menos el sueño. Si antes de salir de viaje dormía como siempre en su cama y se venía ya de muy madrugada a la nuestra, desde que regresé se quedaba dormido en nuestra cama como siempre, Hombre Tranquilo lo cambiaba a la suya… pero se despertaba a la una de la mañana y volvía para nuestra cama. Este comportamiento le duró sobre tres o cuatro semanas, de hecho ha vuelto a la normalidad la semana pasada, hasta entonces siempre se despertaba y venía para nuestra cama entre la 1 y las 3 de la mañana, nunca más tarde de esa hora. La semana pasada empezó a despertarse más tarde y fue aumentando paulatinamente ese primer sueño hasta volver a su rutina de antes.

La verdad es que esto de la maternidad no deja de sorprenderme, es increíble cómo le pueden afectar ciertas cosas. Algo que en un principio parecía que llevaba de maravilla (mientras no estuve lo llevó genial) luego te das cuenta de que no lo llevaba tan bien, que le afectó pero el pobre es tan bueniño que ni protestó, ni lloró, ni se quejó. Lo sufrió en silencio y las consecuencias las vimos después. Cosas como esta hacen que me sienta la peor madre del mundo, son cosas que tengo que hacer pero la culpa no entiende de nada de mis responsabilidades, no entiende de trabajos ni de sueldos ni de facturas, sólo entiende de la principal y más importante de todas mis responsabilidades… y la muy japuta sinverguenza no se va, la tengo ahí siempre. Tendré que aprender a convivir con ella.

Pero bueno, bien está lo que bien acaba y por lo menos ahora sé que en una buena temporada no voy a tener que salir otra vez, que me quedaré en casita con mis dos chicos y el tercero que viene en camino y que el pobre sigue sin nombre (me tengo que poner seria a la de YA). Y que dormiré con mi Redondo todo lo que él quiera, si aparece a las cinco bien, a las seis también y si quiere aparecer a las tres pues que aparezca que yo me lo como a besos igualmente aunque no me deje descansar bien 🙂

Diabetes gestacional

Pues ya veis, estaba yo tan contenta porque este embarazo no se me están hinchando los pies pero a cambio, toma, diabetes gestacional al canto.

En el segundo trimestre del embarazo, en torno a la semana 24 se realiza el test de O’Sullivan para determinar los niveles de azúcar en sangre de la madre y diagnosticar una posible diabetes gestacional. En mi caso, me coincidió que tengo una matrona algo despistada y la Semana Santa así que en vez de hacer la prueba en la semana 24 me la hicieron en la 26. Luego, como la matrona de mi centro de salud solo trabaja dos o tres horas al día, tiene la agenda saturadísima así que no me dieron cita para mirar los resultados hasta dos semanas después. En cuanto me vio los resultados me dieron cita para hacerme la curva larga de la glucosa, pero luego tampoco tenía cita para la matrona otra vez… un cristo, vamos. El resultado: que tengo diabetes gestacional y que no la he empezado a controlar hasta la semana 29 de embarazo. Si, pasaron exactamente 5 semanas desde que me hice el test de O’Sullivan hasta que me diagnosticaron la enfermedad… estas cosas hacen que una pierda casi toda la confianza en la seguridad social, la verdad sea dicha. Es una lástima que con todo lo que pagamos mes a mes luego las cosas vayan tan mal. Pero en fin, mejor cambiar de tema que me lío y me deprimo.

 Una vez diagnosticada, me dijeron que debía controlarme el azúcar cuatro veces al día (en ayunas y una hora después de las comidas principales) y me dieron una dieta. La dieta la verdad es que es relativamente fácil de seguir… lo único que me cuesta más es el desayuno, pero lo voy llevando como puedo.

  • Por las mañanas debería desayunar 100gr de fruta, algún lácteo y una tostada, un par de galletas maría. En mi caso me tomo el zumo de media naranja o un kiwi y una taza de leche con colacao 0% y la tostada ya no me la tomo porque el colacao tiene muchos hidratos y sino me pasaría.
  • A media mañana me tomo una fruta, normalmente una manzana, y un yogurt sin azúcares añadidos
  • La comida del mediodía es también bastante fácil de hacer: algo de proteínas (carne, pescado o huevos), verdura y algo de hidratos pero con moderación. Normalmente acompaño la carne o el pescado, lo que toque, con una ensalada, o champiñones, o judías verdes… y en cuanto a los hidratos normalmente los reduzco a un trozo de pan y alguna patata… en vez de patata también podrían ser legumbres o pasta.
  • En la merienda me tomo un minibocadillo de pechuga de pavo o jamón cocido
  • Y finalmente para la cena las indicaciones son las mismas que para la comida del mediodía pero yo la hago bastante más light. Ahora que no hace tanto frío pues tiramos más de ensaladas completitas a las que añado algo de proteína (atún, anchoas, taquitos de pavo, huevo cocido… depende del día), gazpachos, pimientos rellenos, revueltos de verduras, pollo con setas…
  • Debería hacer una sobrecena antes de irme para cama consistente en un yogurt o medio vasito de leche… pero la verdad es que nunca la hago, no me entra.

Como podéis ver, la dieta me es bastante fácil de seguir, lo que me cuesta más es controlar los ingredientes que uso. Ahora voy al súper y me paso un buen rato mirando etiquetas… hay muchos productos que llevan azúcar en los ingredientes, os pongo algunos que he descubierto y cómo los he sustituido:

  • El primero y más conflictivo para mi: el colacao. Resulta que el 70% del colacao ¡¡es azúcar!! manda huevos. De momento lo estoy sustituyendo por colacao 0% azúcares añadidos, que no tiene azúcar pero sí muchos hidratos, por eso no tomo la tostada ni las galletas. De momento estoy tirando así, pero tengo que buscar alternativas para cuando nazca el bebé y pueda volver a tomar azúcar… me gustaría encontrar una alternativa con menos azúcares (que no sea eko, claro, menudo asco!!) esto me dejó flipada la verdad.
  • El pan de molde: aquí si que no tenía ni idea, pero el pan de molde tiene azúcar. Lo descubrí un día que desayuné un yogurt y una tostada, al medir el azúcar una hora despues lo tenía altísimo, y claro, al mirar los ingredientes del pan de molde resulta que tiene azúcar.
  • El pan a secas: he descubierto que el pan congelado (el que hacen en el súper) me sube muchísimo el azúcar. Sin embargo, con el pan de panadería, el de toda la vida, no me pasa lo mismo… de hecho me puedo pasar un pelín de la ración máxima que me ponen y no lo noto. Así que pan artesano al canto.
  • El tomate frito: Esto ya lo sabía, el tomate frito, el que se compra, tiene azúcar también. Ya no lo usábamos mucho, la verdad, casi exclusivamente para la pizza, pero ahora cuando necesito lo hago yo natural en casa. Me da algo más de trabajo pero está mucho más rico, es más sano y la pizza queda más buena!
  • Un día a la semana me permito el lujo de hacer una pizza acompañada de una ensaladita. Como la masa la hago yo y el tomate frito lo hago yo, el único problema que podría haber es el de los hidratos, pero tengo comprobado que me puedo tomar una buena ración de pizza sin pasarme de los límites que me han dado para la glucosa. Eso sí, estoy hablando de pizza casera 100%, con la comprada seguro que no pasa lo mismo.
  • Otro producto que nunca me hubiese imaginado que llevaba azúcar son los sazonadores para fajitas, burritos y demás. En casa nos gusta mucho la comida mejicana, así que el otro día me animé a hacer el sazonador yo misma guiándome por recetas online y la verdad es que me quedó de vicio, de hecho, no creo que volvamos a comprar el sazonador preparado nunca más. Mis niveles de azúcar después de cenar: perfectos.
  • También he descubierto que las legumbres me suben bastante los niveles de azúcar así que procuro evitarlas… o en todo caso tomar raciones muy pequeñas.

A pesar de seguir la dieta y de tener los niveles de azúcar bastante bien a lo largo del día, en ayunas lo tenía bastante alto. En la última visita a la nutricionista me comentó que si seguía así me iba a tener que pinchar insulina, que intentara hacer algo de ejercicio después de cenar a ver si conseguíamos bajar esos niveles. Y así lo hice, desde el viernes estoy haciendo entre 15 minutos y media hora de bicicleta estática después de cenar, depende de lo que tarde en cabrearse mi inquilino y exigirme que pare, pero los resultados están siendo muy satisfactorios, me estoy levantando con el azúcar altillo, pero por debajo del límite así que bien. Espero mantener los pinchazos de insulina al margen de mi vida 😉

Y hasta aquí mis descubrimientos sobre los azúcares, me ha quedado un post bastante largo, pero bueno, no me hacía xeito partirlo en dos. Por cierto, alguna lectora gallega ¿cómo se dice hacer xeito en castellano? No se me ocurre ninguna expresión equivalente… ¡qué desastre!