Los Niños y las Pistolas

Nunca me han gustado las armas y siguen sin gustarme. Cuando nacieron mis niños nunca se me ocurrió en ningún momento regalarles una pistola de juguete. No es que fuese algo premeditado, algo que estuviese pensado y decidido con anterioridad, no, fue solo que ni se me pasó por la cabeza, no se me hubiese ocurrido nunca, ni por casualidad regalarles una pistola.

Redondo creció sin saber qué era eso, se divirtió todo lo que quiso y más jugando con todos sus juguetes, nunca ha necesitado una pistola para divertirse. Y tal y como le pasó a Redondo, le está pasando a T-Rex, que tampoco juega con pistolas. Incluso las pistolas de agua que les compramos en verano no tienen forma de pistola, las que yo les compré son estas cilíndricas con un émbolo, no sé si sabéis a cuales me refiero.

El caso es que al poco de empezar Redondo el año pasado el cole las pistolas entraron en nuestras vidas. Empezó a poner las manos con forma de pistola y a disparar, con los megablocks se construye pistolas… yo sigo sin comprarle armas, ahora ya premeditadamente, no se las compro porque no me da la gana. Creo que las armas no son algo para tomarse en broma y no son juguetes adecuados para los niños, lo último que necesitan es asociar arma con diversión o con juego. Creo que es algo muy serio, y que les hay que enseñar que son peligrosas, que no son divertidas y que no se puede jugar a disparar a personas (ni a animales, ni a cosas, pero a personas mucho menos; entendedme, por favor).

La primera vez que llegó del cole con la cantinela de las pistolas no me gustó nada de nada, cada vez que hacía el gesto yo le decía que eso no se podía hacer, que las pistolas hacen mucha pupa y no se puede jugar con ellas… buen, todo mi repertorio. Ahora cada vez que lo hace me mira y sin que yo diga nada ya él sólo me suelta un: «mamá, no es una pistola de verdad ¿eh? es de mentira y dispara piñas» Lo de las piñas no se muy bien de dónde lo ha sacado pero se ve que mi mensaje sólo ha calado a medias… y me da la sensación de que nunca calará más de lo que ha calado, desgraciadamente.

Hace unos días vimos una imagen que a nadie le llamó la atención más que a mi. A mí se me quedó grabada en el cerebro. Se trataba de un bebé pequeño, sentado en su sillita y jugando con una pistola de juguete. Ni siquiera se trataba de una de estas de colorines, o una de hacer pompas, no, era una pistola negra, muy realista. Me pareció hasta grotesco, ver a un bebé jugando así con un arma de juguete. Y no quiero ofender a nadie, no es mi intención en serio, pero es que se me revuelve algo dentro al ver este tipo de cosas. Mi pensamiento es ¿no habrá otros juguetes más adecuados para un niño pequeño (un bebé en este caso)? ¿tiene que jugar con una pistola, un juguete que imita un arma de fuego, que puede matar?

No quiero que mis hijos crezcan jugando a disparar y a matar gente. No quiero vanalizar un tema tan serio, no quiero que ellos vean las  armas como algo divertido y desde luego no quiero que jugar a matar les parezca divertido. Me niego a aceptar eso. Así que me seguiré negando a comprarles pistolas e intentaré que no se las regalen tampoco (y si es así, lo siento pero van a desaparecer).

Mucha gente cree que exagero con este tema, e igual es cierto, no digo que no, pero no sé, el dinero que cuesta una pistola en los chinos prefiero gastármelo en un libro de pintar, en un dinosaurio, un tractor o cualquier otra cosa que les guste. 

¿Qué os parece este tema? ¿Compráis pistolas a vuestros hijos?

¿Purés o BLW?

Cuando llega el momento de empezar con la alimentación complementaria muchas madres y padres tiene clarísimo cómo lo van a hacer, qué método van a seguir, otros dudan entre los purés o el BLW y otros pues ponemos en práctica nuestro propio método.

¿Purés o BLW?

En casa cuando TRex cumplió seis meses empezamos con la alimentación complementaria. No fue un camino de rosas, le costó aceptar los purés, pero en unas semanas se adaptó y la cosa ya fue rodada, aunque parece que mi vástago le gusta más la comida entera que no en puré. Yo no tenía problemas en darle la comida a trozos, pero los demás si tenían algo de miedo a que se atragantase. ¿Qué hicimos? pues teníamos nuestro propio método. Efectivamente le dimos puré, pero también un gajo de naranja entero para que él lo fuese chupando, un trozo de plátano, pan, patatas… hicimos un mix extraño y al final TRex comía purés pero también comía trocitos de comida entera, no practicamos BLW en exclusiva, pero tampoco comió unicamente purés.

Este método particualar lo estuvimos poniendo en práctica durante unos seis meses, en casa de mis padres comía sobre todo purés y en nuestra casa trocitos. Cuando nos fuimos de vacaciones de hecho, no llevamos nada para hacerle la comida, ni potitos ni nada por el estilo. Él tomó teta y la misma comida que nosotros.

Pero de repente este método dejó de funcionar, a TRex se le acabó la paciencia y dijo que a él no le vayamos con cuentos, él quiere comida consistente, los purés que se los demos a otros. Así que hace un par de semanas, con 13 meses recién cumplidos dijimos adios a los purés en esta casa, TRex se plantó y sólo quiere comida sólida. Por mi no hay problema, yo estoy encantada, mi madre ya no tanto, que como típica abuela que es, me lo quiere cebar (por si no estuviese ya bastante redondo el tío) y dice que con los purés comía más cantidad. Bueno, cosas de abuelas, el niño come de sobra y además él solito ¿qué más se puede pedir?

¿Vosotros sois de purés, BLW o un mix, como nosotros?

¿Los niños son crueles?

Cuantas veces habré oído la cantinela de que los niños son crueles… miles de veces, millones de veces, incluso yo lo he llegado a decir muchas veces. Pero luego se dio la casualidad de que me convertí en madre, se me cayó la venda de los ojos y, como en muchos otro temas, tuve que tragarme mis palabras una a una. A día de hoy lo tengo clarísimo ¿los niños son crueles? mi respuesta es un rotundo NO, los niños no son crueles.

Basándome en mi experiencia como madre, en las cosas que veo en Redondo, en las cosas que veo en otros niños, en las cosas que veo en los padres, para mí está claro como el agua que los niños no son crueles de por sí, somos los adultos los que conseguimos que lo acaben siendo. O más bien debería decir que son algunos adultos los que consiguen que lo acaben siendo, yo no me incluyo. Y no me incluyo por una simple razón, porque trato de educar a mis hijos en el respeto, en el vive y deja vivir, en la igualdad… y digo trato porque lo intento, pero desgraciadamente no lo consigo.

Ningún niño nace programado geneticamente para pensar que el rosa es el color de las niñas y el azul de los niños, para pensar que las muñecas son juguetes de niñas y los balones de niños, para pensar que todos tenemos una mamá y un papá, para pensar que llorar es cosa de niñas, para pensar que ser diferente es motivo de burla… y así podría seguir hasta el infinito. Yo educo a mis hijos en la igualdad y en el respeto, nunca de mis labios ha salido ninguna de estas tonterías y yo vivía feliz pensando que lo estaba haciendo bien, que mis hijos en el futuro serán hombres responsables y respetuosos con todo el mundo. Hasta que Redondo empezó al cole, y una vez más se me cayó la venda de los ojos. La primera vez que mi hijo hizo un comentario sexista se me cayó el alma a los pies y me entraron ganas de llorar. No recuerdo muy bien qué fue, pero fue algo de un juego, creo, pero lo que si recuerdo bien fue su comentario: «eso no mamá, que eso es de niñas». Me quedé negra, mi respuesta fue automática: «¿cómo que es de niñas? no hay cosas de niñas ni de niños, Redondo, todo el mundo puede hacer todo». Él me dijo que sí como a los locos y pasó a otra cosa mariposa, pero yo me quedé rumiando el tema. ¿Cómo puede haber alguien que le haga este tipo de comentarios a sus hijos? ¿cómo una madre puede decirle esas cosas a su hijo o dejar que otra persona se las diga? Les están aleccionando en el machismo desde bien pequeños… y esto no pasa sólo con el machismo, es el machismo, homofobia, xenofobia y también en cosas más concretas como la apariencia personal.

No creo que nadie pueda pensar que un niño se va a reír de otro o le va a hacer burla por… por tener gafas, pongamos por ejemplo. ¿Por qué motivo un niño se reiría de otro que lleva gafas? Yo tengo el ejemplo en Redondo, él se puede fijar en que Fulanito tiene una camiseta de la patrulla canina porque mola mil, pero las gafas son un detalle intrascendente. Ahora bien, si un adulto u otro niño mayor saca el tema y se ríe… ahí empieza la cosa. Los niños no son crueles, los adultos somos crueles y los niños nos imitan. 

Este es un tema que últimamente me preocupa mucho, el poder que tenemos sobre los niños, lo fácil que es influenciarlos. Yo educo a mis hijos como buenamente puedo, intentando inculcarle unos valores que son muy importantes para mí, pero luego empiezan el colegio y se juntan con otros niños cuyos padres pasan mil de mis valores, del respeto, de la igualdad y de todo. Y así, de repente sin saber cómo, un día mi hijo de 3 años hace un comentario sexista y a mi se me cae el alma a los pies. Tres años frente a cinco minutos y ganan los cinco minutos. Primero me sorprendí por el comentario, me deprimí, me frustré y finalmente me enfadé, pero no con Redondo, me enfadé con la gente que alenta o que permite este tipo de comentarios y comportamientos. Llegué a la conclusión de que me guste o no mis hijos los van a oír una y otra vez y que lo único que puedo hacer es esforzarme al máximo para evitar que lo interioricen. 

No quiero que mis hijos sean crueles, no quiero que hagan burla de otros niños por ser diferentes, no quiero que sean machistas así que, ya que por lo visto a otros padres todo esto se la trae al pairo, me esforzaré mucho más y haré todo cuanto esté en mi mano para conseguir mi objetivo. Ojalá lo consiga. 

Una bofetada a tiempo

Eso de que una bofetada a tiempo evita mucho males creo que lo hemos oído todos millones de veces, igual que lo de que una bofetada no le hace daño a nadie. ¿Qué hay de cierto en esto? pues no lo sé, sinceramente. Igual cuando tenga un saco de hormonas de 16 años en casa empiezo a verlo más claro, pero de momento está todo muy oscuro en mi mente, pero mucho, mucho.

Hace unos días coincidimos con una pareja y su niño de 14 meses. El niño en cuestión, se comportaba como cualquier niño de 14 meses, quería descurbirlo todo y no tenía miedo a nada. Se acercaba a escaleras, a las esquinas de la mesa, se quería subir a las cosas… todo situaciones potencialmente peligrosas. El caso es que tanto su padre como su madre le gritaban cada vez que el niño se acercaba a las escaleras, por ejemplo, y lo apartaban de allí, pero a la tercera o la cuarta vez, le gritaron y le dieron una azote en el culo. Tampoco fue un azote a lo bestia, pero sí una palmada fuerte. Y yo me pregunto ¿realmente un niño de 14 meses entiende que le gritas o le pegas porque se acerca a las escaleras? y os lo dice una que se pone taquicárdica perdida cada vez que su hijo se acerca a unas escaleras.

Tengo que decir que yo pensaba así, dije las frases de marras muchas veces, sin embargo ahora he cambiado de opinión. ¿Realmente un niño de 14 meses o de dos años, como es nuestro caso, tiene capacidad para razonar? ¿entiende que se le pega en el culo porque ha hecho algo mal? y sobre todo y más importante ¿cómo le voy a decir yo que se hay que portar bien y no pegar a otros niños si yo le pego en el culo a él? Si yo le pego en el culo cuando se porta mal, cuando él esté jugando y otro niño le saque el juguete por ejemplo, su razonamiento será: este niño me saca el juguete, se porta mal, entonces le voy a pegar. O mamá no me deja ir a las escaleras que es lo que yo quiero, se porta mal, le voy a pegar. Yo creo que de esta manera lo que se consigue es confundir al niño. Si por un lado le dices que no se puede pegar pero por otro tu le pegas a él…

Sinceramente, no creo que un niño tan pequeño tenga capacidad para asociar que le peguen con que se ha portado mal, no sabe lo que es portarse mal… de hecho, no se porta mal, no se acerca a las escaleras para joderte a ti, se acerca porque no es consciente del peligro. No puedes razonar con él porque con 14 meses por mucho que le digas que se puede caer por las escaleras y se va a hacer daño no lo va a entender. Y la culpa de que se acerque a las escaleras no es suya, la culpa es tuya por no terner las escaleras protegidas, él no es consciente de eso, no sabe que se puede hacer daño, sólo quiere explorar el mundo que lo rodea. Por eso, desde mi punto de vista, si le das en el culo y le gritas por eso estás haciendo algo tremendamente injusto porque él no tiene culpa, él hace lo que hacen todos los niños de su edad… la culpa es tuya de no protejerlo debidamente. Los padres tienen la obligación de proteger a los hijos del peligro, sobre todo cuando ellos aún no son conscientes de él.

Esta es mi opinión, no sé si la rara soy yo o el resto del mundo pero lo cierto es que hay mucha gente que da por hecho que le tenemos que pegar a Redondo en el culo cuando se porta mal… pero es que desde mi punto de vista él no se porta mal. Es cierto que hay días que que está insoportable, que tiene el no en la boca todo el tiempo, que no quiere vestirse, no quiere bañarse, no quiere cambiarse el pañal… pero es que él no lo hace a propósito. Él no busca fastidiarnos, él no es consciente de que yo tengo que entrar a trabajar a las 9 de la mañana, él tiene sueño y está insoportable… yo cuando tengo sueño y no soy capaz o no me dejan de dormir también estoy insoportable y nadie me pega por eso.

No se, creo que muchas veces deberíamos intentar ponernos en el sitio de nuestros hijos e intentar ver las cosas desde su punto de vista.

¿Qué os parece eso de «una bofetada a tiempo»?

¿Educamos igual a nuestros hijos?

El otro día, en los comentarios de este post sobre los hijos únicos surgió el tema de cómo tratamos y educamos los padres a nuestros hijos. No tengo demasiado conocimiento de causa en carnes propias porque sólo tengo un hijo, pero viendo las cosas desde fuera, estoy convencida de que no, los padres no educamos igual a nuestros hijos.

Voy a demostrar mi teoría partiendo de la hipótesis contraria y reduciéndola al absurdo. Así que voy a partir de la suposición de que sí, de que los padres criamos (o educamos) de la misma forma a todos nuestros hijos.

En España, la media de edad en la que se tiene al primer hijo es de 31 años, y normalmente, este suele ser un hijo buscado y deseado. Normalmente, este hijo será queridísimo y estará perfectamente atendido por sus padres. Al mínimo llanto del bebé allí estarán sus padres para atenderlo. El hijo mayor será el pionero, el que abra camino en todos los ámbitos de la vida. Será el primero en empezar el colegio, el primero en salir con los amigos, el primero salir de noche…

Luego aparece el segundo hijo. Normalmente, o al menos en muchos casos, este también será un hijo buscado y deseado. Normalmente, también será queridísimo y estará perfectamente atendido por sus padres. Pero igual, en esta ocasión sus padres no pueden atenderlo al mínimo llanto, porque tienen otro hijo al que atender, y por poner un ejemplo, el llanto del pequeño los pilla en pleno cambio de pañal tóxico del mayor y el riesgo de reboce es inminente. Un decir, como esta cualquier otra tarea.

Ambos hijos van creciendo. Llegamos al primer día de cole del pequeño. Resulta que su primer día de cole, también será el primer día de cole del mayor que estará al menos un curso por encima y el padre o la madre (o ambos) no tendrán el mismo tiempo para dejar al niño, despedirse, soltar la lagrimita, sacar la foto… que tuvieron con el primer hijo, porque ahora, tienen que atender también precisamente a ese hermano mayor. Este ejemplo lo podríamos extrapolar a muchos otros ámbitos y situaciones.

Yo creo que la crianza de los hijos es un proceso de aprendizaje a base de pruebas y fallos. Cuando nace el bebé, los padres estamos medio perdidos y vamos aprendiendo sobre la marcha. Van pasando los días y vamos aprendiendo que cuando llora de esta determinada manera es que tiene hambre, o que le gusta más estar en esta posición que en la otra… son cosas que se aprenden a base de probar. Y precisamente, por eso, cuando se prueba, alguna vez es inevitable fallar. En mi caso me pasó muchas veces, cometí muchos fallos con Redondo que no cometeré con el hermanito que pueda llegar algún día (mochilas colgonas, temas de lactancia, no tenerlo más en brazos…).

Además de todo esto, es imposible que se repitan las mismas circunstancias personales en el momento de tener a cada uno de los hijos. La situación económica de la familia seguramente no sea la misma, la paciencia de los padres no será la misma, el humor no será el mismo, la edad y estado de ánimo de los padres no será el mismo… es imposible que la situación sea exactamente la misma y por tanto el trato con nuestros hijos no será tampoco el mismo. Igual la diferencia es pequeñísima, pero habrá diferencias seguro.

Caundo Redondo empezó en la guardería, actué de una manera determinada… y seguramente cuando venga el hermanito no actúe de la misma forma, seguramente trate de hacer las cosas de otra manera. Recuerdo que la primera vez que Redondo comió tierra me preocupe muchísimo, pero luego vi que no pasó nada y otras veces que volvió a pasar ya no me preocupé tanto. Luego llegó el día en que se comió una piedra y hasta le encontré la gracia al asunto. Así que cuando venga el hermanito y coma tierra por primera vez (porque pasará, no creáis que vuestros hijos no van a comer tierra, colillas que e encuentren por el parque, papeles, hormigas…) pues ya no me preocuparé tanto.

Por todos estos motivos que cuento, es estadísticamente imposible que todas las variables que tenemos en la crianza del primer hijo se repitan exactamente en la crianza del segundo (y del tercero, cuarto o la cantidad que sea) y por tanto también es imposible que nuestro trato hacia ellos sea el mismo. No digo que sea ni mejor ni peor, sólo que es imposible que sea el mismo.

Con esto he reducido al absurdo mi hipótesis original de que criamos igual a todos nuestros hijos. Lo que implica que he demostrado mi teoría de que es imposible que los padres eduquen de la misma manera a todos sus hijos.

i.e.

Ahora bien, la pregunta es la siguiente ¿esta diferencia en la manera de criar a nuestros hijos puede influir en el carácter o personalidad que desarrollarán en el futuro? Yo creo que la respuesta es sí ¿qué opináis vosotros?